martes, 6 de julio de 2010

Waka Waka


Quien lo hubiera dicho? el mundial está por terminar y yo llegue tan lejos sin comentar al respecto. Y ahora con la cabeza un tanto más fría, de ambas partes debo decir, porque la pasión futbolera también me aumenta dos rayitas en mi euforia. Un paso atrás futboleros, aun no es momento de celebrar sobre el tapete de mis principios. Me refiero a que también los antifutboleros nos subimos en el tren de la histeria y cualquier cosa que suene a futbol incluso la sencilla cena del soltero feliz (sándwich) puede ponernos a gritar un par de cosas con respecto al sistema y la sociedad mexicana.

El mundial, la fiesta del mundo, quisiera poder vivir ajeno a ella el resto de mi vida y sé que no podre. Por lo tanto mi segundo deseo Genio de la Lámpara es poder asimilarlo sin tener que quejarme tanto (el tercero obviamente es Scarlett johansen). No es que no quiera disfrutar el mundial es solo que esa parte de mi cerebro está apagada, nunca empezó a funcionar e irónicamente se necesito un mundo globalizado con redes que exceden las fronteras construidas por una generación que parecía no entenderme para descubrir que hay muchos otros millones con esa misma “particularidad” y mientras intento formar una imagen en mi cabeza de lo que debe sufrir un antifutbolero sudafricano mi hipócrita percepción de la vida me invita a creer que puedo entender de que se trata toda esta fiesta. De encontrar tu igual (ya sea futbolero o antifuntbolero) en el que está junto a ti o a miles de kilómetros.

De pronto me descubro engañándome a mí mismo, entendiendo la fiesta y pensando que debe ser increíble el poder celebrar junto con el mundo a un mismo grito de gooool. Sentir que no hay mas diferencias entre nosotros que no hay más rico ni pobre, ni sabio o ignorante simplemente un solo corazón el corazón de la gran afición mexicana. Ver a los antagonistas de oficina abrazarse y celebrar por el triunfo de todos o llorar por la vergüenza que cargamos a cuestas como nación al ser descalificados.

Y entonces recuerdo que esto no se trata se fraternidad, se trata de deporte, de humillar al contrario, de gozarse con el error del oponente y dejar bien en claro quién es quién. Que a pesar de la economía o la tecnología en la cancha sólo hay un vencedor, y este de ninguna manera compartiría su victoria. Pisará y oprimirá a quien sea necesario, como sea necesario (siempre y cuando este dentro de las reglas supongo), no solo se trata de la habilidad física, sino también la sicológica y estratégica. La humanidad da un salto atrás en cuanto a la manera de definir supremacía social y durante 90 minutos (más tiempo complementario) el barbarismo en su estado más puro se deja entrever hasta en los gritos de las bellas amas de casa que maldicen el televisor.

Pero una vez más reflexiono y aunque la idea de la estoica competencia me parece ya en sí sin atractivo, alcanzo a recordar la verdad dicha a voces, no negada por ningún futbolero pero omitida por todos, el mundial se trata de dinero. Siempre el cochino dinero decía la mama de un amigo. ¿Será que vino el dinero y mancho este noble de porte? o fue el juego mismo el que le vendió su alma seducido por la fama, la gloria y las segundas esposas en clara supremacía en curvas y luces sobre las primeras. Se dice que Sudáfrica 2010 es “de los mundiales más caros” para recibir la fiesta la nación invirtió millones y la sociedad sufrió la modificación (según leí por ahí) con la ilusión de todo aquello que habrían de lograr una vez que los ojos del mundo estuvieran puestos sobre si. Y sumándome a la fantasía ahogaré mis ridículas e infundadas quejas para dar paso a las visiones que la África sin S.I.D.A. , sin guerra, sin hambre. Dios! Qué bueno que hay mundial.

2 comentarios:

  1. Holanda derrotó 3 por 2 a la selección de Uruguay

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  2. No es posible que solo pongamos atención al futbol, de los males el menos peor: es solo cada cuatro años y eso ya es bastante...

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